sábado, 22 de septiembre de 2012

Adieu à jamais, peu importe que vous vivez dans mon âme




Si todo fuera tan árido,
sin esperanza de hallar  una inspiración.
Si todos nos encerráramos en nuestro interior
y nos olvidáramos de la existencia de los demás.

¿Cuál es el sentido ahora?
¿A dónde va mi inspiración que aflora?
Tantas preguntas que las entierro en un desierto.

Y aquí seguiré sentada en ese mundo de muerte,
esperando volver a verme sonreír,
invadida por dolor de no tenerte,
recordando siempre la sonrisa escapar.

Olvidando ese exterior,
para meditar la vida en mi interior,
memorando cada instante de felicidad
y así poder llevarte al subconsciente.

Con la firme idea de que seguiré adelante
aunque ese signifique volver a lastimarme,
llegamos a un sendero en el cual no existe el regreso
en el que el orgullo es más grande;
y el fracaso parece alentarte.

Bendito ángel que acompañas nuestro último aliento
que sin saberlo te llevas la felicidad de alguien más
y sabiendo lo que es sufrir y tener que superar
nos insitas a seguir el sendero sin mirar,
solo llevando recuerdos que han quedado en el pasado.

Y que si  marcaron tu camino
en tu futuro seguirán
aunque no los puedas volver a encontrar.

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