Hoy me senté a escucharte,
no porque te haya visto o te haya hablado
más bien porque me senté frente a tu café favorito;
¿Cómo olvidaría ese mocha blanco con menta?
Al escuchar a ese café recordé lo que siento
como se me acelera el corazón solo cuando te pienso,
y ni que decir cuando te tengo frente a mi
se me van las palabras y me vuelven en deseos,
en deseos de besarte y abrazarte,
en anhelos de robarte los suspiros y tenerte entre mis brazos
pero sobre todo de una vida entre los tuyos.
Le conté a ese café el miedo que tenía
y le dije el como me sentía.
Me escucho y al tomarlo
solo pude evocar el sabor de tus labios.
solo pudieron venir a mi mente los días felices,
en donde había pláticas, caricias y besos
e incluso los días triste que con amor se convirtieron.
Me recordó lo que siento por ti y de pronto mi miedo y temor
se convirtieron en motivación para reconquistar a esa galaxia que eres
a esos ojitos cafés que los veo y deseo besar
a esa nariz toda hermosa que me gusta lamer.
pero sobre todo a ese gran hombre que alguna vez le fallé.
Mi miedo y culpa las veo y les agradezco la lección
Pero mi amor por ese mago de ojos cafés con una constelación de lunares
es mi aliento, mi vida y mi motivo.
Mi aliento porque por él vivo
Mi vida porque por él amo
y mi Motivo porque con él sería un para siempre.
Ojalá y su alma me escuche algún día nuevamente
y que desde ese momento sea yo quien le prepare ese café caliente.